Ojalá pueda actualizar sus links, les será muy agradecido.
Era bonito el umbral Monótono pero ya no me siento así, ahora quuiero ser arquitecto, claro, a mi manera (y a la de Meloy, de paso).
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Cos everybody knows it sucks to grow up
Últimamente he pensado en algunas cosas, sobre todo en gramática: en la oración anterior la colocación del "últimamente" aún me confunde. Aunque sea o no correcto, que sea fácil o no aprender (memorizar las normas de la gramática española) esto se pelea con mi idea de orden en la escritura. Por que sí yo me las "doy de que escribo" (no de escritor como tal eh) es por que todo me ha sido fácil de alguna manera. En los últimos dos años, desde el primer intento de escritura (sin contar los primerísimos, cuando era tanto más joven y copiaba a no sé quien; ahora ya sé a quien copio) lo hice todo por intuición, y mis textos me resultaban maravillosos, acaso por ego, pero también por que yo era el único capaz de verle todo lo que tenía; sabía que no funcionaban por las críticas, pero conocía su contenido y eso me hacía prometerme que tarde o temprano lo harían, cuando mi "técnica" mejorará. La gramática nunca me importó demasiado, ni siquiera el lenguaje, pues aún ahora, que los considero como indispensables, sé que son un mero vehículo, que puede o no contener prodigios, pero que lo importante no es eso sino es esa "cosa desconocida" que se parece a Dios y nos dicta. Ahora, a más de un año de empezar con esto, viendo mis argumentos desde lejos, me parecen poca cosa: desviaciones de Borges, borradores de un cuento de Bioy Casares o una extraña mezcla de los dos; asuntos más bien kafkianos llenos de símbolos; sensiblerías y exageraciones amorosas o las nuevas cosas históricas. Sé que es inútil buscarle pies de más gato, creo lo mismo de la filosofía o casi cualquier tarea (nótese mi cobardía al no atreverme a decir lo que creo acerca de todas las tareas humanas) y no por eso he resuelto morir.
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No entiendo como a la gente puede gustarle un equipo de futbol que no sea de su país, de su ciudad o con el que al menos tenga cierta clase de relación. Sé que con esto podría ofender a personas que aprecio, pero de verdad, no entiendo. Me explico: siempre he sido seguidor de Pumas (UNAM), por algún momento en mi infancia, el equipo era la medida de mi vida, junto a mis peluches. Mi padre me llevaba al estadio (él le va al américa) y era entonces donde yo veía el futbol; entendía poco, las jugadas me parecían cosas tan complicadas como la química y me emocionaba con los goles o cuando alguien de Pumas se "burlaba" a otro. Tenía una idea mínima del futbol y sin embargo me entretenía: "dribling" y disparos fuertes. Después, influido por mi primo empecé a ver a otros equipos: la Juventus y la Fiorentina (esta última por que tenía un escudo de Nintendo en la playera). Me di cuenta de algo que en ese entonces Pumas tenía y esos equipos no: éxito y alguna clase de heroísmo o perseverancia. Me acostumbre a verlos perder, a "quedarse". No me importaba, sabía que un día Pumas lo lograría. No fue así. El punto más alto de aquel equipo acaso se dio cuando vencieron al américa 3 - 1 en cancha de Pumas; Sancho como capitán y Beltrán, ése novato que algún tiempo atrás le anotó al américa salvando el día, estaba en la defensa central como titular; Olalde, Israel Lopez, Cariño, Carreón, Perez y tantos otros. ¿De estrategía? Eran malos en esa ejecución, dependía de otra cosa: de ese heroísmo y esa perseverancia. Entenderán que quiero al equipo. También entenderán que cuando Pumas fue Bicampeón, aunque me alegré mucho (en el primero de esos títulos) no fue la alegría desbordada que yo había esperado por tanto tiempo: Sancho se había ido, de medio campo hacía el frente todos eran foráneos salvo Pareja y Fonseca; y ellos no eran Sancho, ya ni siquiera Israel Lopez. El éxito y el "buen juego" conseguido por Pumas; consecuencia de una regularidad, de ciertas traiciones al de juego original y de tanto nuevo "fanático a muerte" me hacían sentir ese día como alguien privilegiado por "haber estado ahí desde el principio" (o sea desde que pude) y sin embargo, hubo derrotas de Pumas que me emocionaron más, que me dejaron más satisfecho.
En los mundiales aprendí otra cosa del futbol, ahora sí, las estrategias, las analogías con el ajedrez: un ajedrez viviente, catalizado en cualquier instante por cualquier factor pero que a diferencia de éste tenía sus héroes, como la guerra. Y así como en el ajedrez, lo divertido y emocionante consiste en la paciencia, el descubrimiento y la ejecución, y lo intolerable en que algún tarado haga saltar su peón cual Dios y mate al rey en un actitud infantil, en el futbol esto último es lo que hacen los Ronaldinhos y los Messis del futbol europeo. No significa que para mi el gol de Maradona en contra de Inglaterra sea "trampa"; eso sólo por que ese gol fue un prodigio, incluso para algunos (acaso grandilocuentes) una "venganza". Lo que hizo Maradona significó una decisión heroica y una ejecución efectiva; fue más que un gambeteo cualquiera, de los que suceden cada dos meses en cancha del Barcelona.
Un gol más honesto sería ese de más de veinte toques en el mundial pasado, anotado por Argentina y no un sólo hombre; los demás son buenos goles, pero nada más, incluso los más espectaculares. En el futbol, lo espectacular acaso sea lo previsible, que aunque nos sorprenden sabemos de su posibilidad indudable; lo honesto, con lo que me refiero a lo estratégico heroico en estos casos, halla su valor en lo que lo distingue de los demás, lo que lo saca de ser un simple juego o de bien, acercarse a los ideales de dicho juego. Entonces, si el futbol de la Champions carece de estas cosas ¡Gente de Latinoamérica! ¿Qué le ve que es tan grandioso? No lo digo defendiendo el futbol nacional, sino buscando una buena razón para este auge "futbo eurofílico" que traemos todos.
Como ven necesitaba desahogarme acerca de un par de cosas: la falta de escritura y que los Pumas pierdan. Hecho esto, agradezco a quien haya leido todo (yo sé que esto es aburrido en un blog, pero este me pertenece ¡MUAHAHA! o ¿MUAJAJA?) y por perdonar las faltas de ortografía (luego las arreglo).
Ah sí, todo el mundo escuche a The Decemberists (por favor).
Grata la voz del agua
a quien abrumaron negras arenas,
grato a la mano cóncava
el mármol circular de la columna,
gratos los finos laberintos del agua
entre los limoneros,
grata la música del zéjel,
grato el amor y grata la plegaria
dirigida a un Dios que está solo,
grato el jazmín.
Vano el alfanje
ante las largas lanzas de los muchos,
vano ser el mejor.
Grato sentir o presentir, rey doliente,
que tus dulzuras son adioses,
que te será negada la llave,
que la cruz del infiel borrará la luna,
que la tarde que miras es la última.
Paso esto a Ana, a Nat, a Don Ezequiel a quien no le comenté un par de cuentos exceltens que escribió; ¡chéquenlos!) y a Omegar, claro que no espero que lo contesten; hace más de un mes que esto no recibe una actualización y seguro nunca verán esto, pues han dado por muerto a este espacio.
El humano llega un día y abre la puerta por completo, no la pequeña, la grande y los dos entran al mismo tiempo; cada quien ocupa la mitad del sillón y obtiene la mitad de la comida. Pero de pronto el uno envidia la comida del otro; ya sea el gato o sea el perro, se siente inconforme y todo vuelve a la normalidad, a enfrentarse, hasta que el humano vuelve a abrir la puerta; de alguna manera eso es casi un sorteo.
El campeón mundial también puede pasar inadvertido en el tiempo, Zidane no. Ese fútbol desgraciado gana cuando nadie más puede ganar o cuando las circunstancias catastróficas (como las hoy francesas) lo permiten. Qué bueno que los italianos le conocen otro nombre a su juego de pelota, por que eso que jugaron hoy de ninguna manera es Fútbol.
No se demasiado de política pero supongo con precisión; me hace sentir una clase de analista político que a su vez es alguna clase de profeta. Veo los votos, son pocos y no entiendo por que se presume de unas “ejemplares elecciones”. Niego con la cabeza y pienso en la democracia; río, voy por agua y vuelvo a la cama. Algo está mal, muy mal, pero no creo que pueda hacer algo. ¿Con que fin? Yo no voté por el mejor candidato, sólo no voté por el diablo, o así lo creo ahora; imposible confiar siquiera en mi mismo. El mío va ganando pero se que en cualquier momento en que me distraiga y duerma él caerá: me pienso fuerte, yo no caeré. Preparo café.
Los analistas no saben que más decir, sólo saben que no decir; triste. Recuerdo que una amiga me dijo que mi candidato había matado a su hermano. ¿Es esa razón suficiente para no votar por él? No lo se, la decisión ya la tome y en todo caso, los héroes han matado a muchos hombres; no es necesario una herida con sangre para matar a alguien, hay maneras mas sutiles y abyectas de hacerlo.
Avanza la pequeña barra, nunca a nuestro favor (como si fuera al mío). “Se acabó” dicen todos. Yo no caeré. Pienso en un futuro que suceda 20 minutos después; digamos que cuando sea declarado el de derecha presidente de mi país. Tendrá la cámara (de Diputados) de su lado, una bonita calcomanía con la leyenda “democracia” en su carro y el autoritarismo en el volante. Río un poco, lo imagino exagerado, como si estuviera solo, pero enseguida imagino a todas las mentes que irán detrás de él. Se vuelven a mover las barras. Pienso en leer, me acometen mis problemas, pienso en el libro que recién leí; mejor pensar en la tristeza de mañana. Las barras de nuevo, yo no caeré, tendré que ver como la resistencia surge desde las fuerzas centrales de este país, de los ignorados, de los soñadores, de los pobres, de los que lloran. Pienso que lo anterior es demasiado sensible para algo tan sucio, enseguida me retracto; la belleza está escondida en todas partes.
El país está divido en dos partes: los pobres y los ricos. Los primeros reclamaran un fraude electoral y los otros no saben nada, les da igual supongo. Recuerdo las razones para votar de la gente con quien hable del tema; sigo creyendo que nadie presto atención a la clase de historia. Imagino a los inversionistas encontrándose una bandera amarilla a la entrada del país, inmediatamente subiendo a sus autos y metiendo todo su dinero en la cajuela para irse a algún lugar peor gobernado; que bendita hilaridad en tiempos tan malditos.
Se acabo, son las 9 de la mañana, todo se ha terminado. Caímos, yo con ellos por la madrugada; naturalmente las barras por fin cambiaron de lugar. Alguien o algo me dice que espere, que aún no ha acabado, que en 6 años van a sacar más actas electorales.
Las barricas de Montilla no se llenan en un solo día, ni mucho menos poniendo al tope cada barril con líquido. Poco a poco los barriles van tomando en su interior los sabores y propiedades del vino, hasta que este es ya parte de ellos.
Fortunato nunca llamó mi atención, ni yo la de él. Y no era para nada necesario. Hacía tiempo que yo había dejado el protagonismo en las "altas sociedades" de este lugar, y entonces mi apellido me seguía cual inútil sombra. Sin embargo como sucede en este tipo de sociedades, las noticias de la gente mas importante afectan, o fingen afectar a las personas menos importantes. No era un caso extraño el que tuviéramos que acudir a alguna reunión que significara la bienvenida de algún nuevo miembro de la familia de Fortunato o algún otro hecho; incluso desafortunado para él. Era imposible faltar a dichas reuniones: toda la gente se encontraba ahí; gente útil y apreciable.
Con el tiempo empecé a detestar las galas. Mis amigos empezaron a morir o a mudarse y en las ultimas ocasiones estuve solo bebiendo algún trago de moda; vulgar e insípido.
Era momento de su discurso para conmemorar su vuelta a la libertad que le había quitado el matrimonio; incluso un motivo tan poco digno le hacia merecer una gran gala (era una ofensa). No repetiré sus palabras, solo diré que me llamó desde el estrado y me hizo subir. Yo accedí a todo con gracia (quizás un poco tambaleante por culpa de sus malos tragos) y entonces, frente a toda esa gente preguntó ¿Cuál es su nombre? Ese fue un insulto imperdonable.
Parece que las bandas nuevas son refritos quemados de bandas extranjeras (Satin Dolls); quienes a diferencia de muchas bandas indie no cuentan ni con disco y están en el “Vive” (es triste la inclusión de estas bandas en el cartel).
Existe también el tema del pop: bajaron a Amaral por ser “poperos” pero a Maria Daniela le dieron una ovación impresionante, y que decir de Porter; no digo que los traten con la misma cuchara sino de la aceptación del POP. La gente parece odiar al POP repitiendo un discurso viejo de los “rocanroleros” (nótese la regresión al pasado en ese adjetivo).
Pero ya tomando el camino de la sombra hubo cosas magnificas este año: esa abertura a la caja del tiempo que saco a Fors, Bonn, Aguilera, Romo, Chiquis, Cala y la inclusión de los aún en circulación Lino y Héctor de “La Lupita” y de Rubén de Café Tacvba; haciendo interpretación de temas clásicos del rock nacional y de esa canción mítica de los caifanes que apenas pudo cantar Sabo pues el publico le tomó la palabra con un impresionante coro. Una presentación memorable de la “Gusana Ciega” aún con lluvia, pero con el atardecer impresionante muy a lo lejos. “Austin” presentando la calidad de sus músicos a pesar de las fallas tecnicas; su presentación espacial salida de un cuento de mala ficción, pero que nos funciona para imaginar. El regreso de los tres, que aunque no los conozco bien, puede verse en su gente quienes son: con el baile, la risa, los gritos...Zurdok fue decepcionante. Chetes y Vaquero tratando de demostrar que Zurdok (el verdadero) no esta sobrevalorado; “el tiempo dirá”. Y un Jumbo que a pesar de las ausencias se ve sólido, divertido e intentando dejar de ser ese “pequeño gran rockstar” suena a lugar común y lo es, pero superar su primer disco que bien sorprendió a muchos será difícil. Fobia como la cereza del pastel tocando lo predeciblemente esperado y agradeciendo que los hayan vuelto a subir a un escenario; puede sonar a escepticismo pero me gustó mucho su actuación; trato de ser objetivo. Llueve sobre la ciudad de “Los Bunkers” haciendo corear a los dolidos; buena sorpresa me dejo esta banda. A diferencia de los Planetas que parecían tener problemas de audio y un show poco divertido, quizá tedioso aun para los que esperaban mas de unas cuantas canciones; la adición de piñatas y que estas fueran ignoradas de verdad me tiene confundido (parecen ser una buena banda pero su acitud deja mucho que desear).
(Eso fue lo que yo vi, los comentarios acerca de las sobérbias actuaciones de otra bandas obviamente le corresponderan a otro).
"Even if you cannot hear my voice"