En una casa hay tres puertas: una para el perro, otra para el gato y la del dueño, que aún sus actos es un humano. Quizá el problema es que las tres puertas son la misma, y esa puerta es del humano. El perro y el gato se pelean por la puerta todo el tiempo, siempre quieren entrar primero y tomar comida o ganar el sillón cómodo. El gato siempre está descontento, el perro es muy fuerte para él, pero el gato es astuto; últimamente el perro aunque torpe, ha tomado decisiones inteligentes y sorprende al pobre gato. Pero no debemos sentir lastima por el minino, tiene lo suyo, es marrullero, de llegar a ocupar el sillón o tener toda la comida, seguro no la compartiría,
como el perro.
El humano llega un día y abre la puerta por completo, no la pequeña, la grande y los dos entran al mismo tiempo; cada quien ocupa la mitad del sillón y obtiene la mitad de la comida. Pero de pronto el uno envidia la comida del otro; ya sea el gato o sea el perro, se siente inconforme y todo vuelve a la normalidad, a enfrentarse, hasta que el humano vuelve a abrir la puerta; de alguna manera eso es casi un sorteo.
Puertas de la facultad de Filosofía y Letras
Puerta del Auditorio "Che Guevara"
1 comentario:
ahhh ches weyes, la neta a ver si ya se van poniendo a jalar en lugar de seguir "invitando" a mas a huevonear como ellos.
Que corage!!
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